Estos momentos son críticos, porque justamente esa podría ser la definición de la autocritica: mirarse desde arriba, desde abajo, desde el costado más remoto, mirarse como si fueras otro ser, con otro juicio, con otros pensamientos y prejuicios.
Hay momentos en los que me gusta definirme, redefinirme, buscarme, encontrarme, tener una aspiración, un modelo.
Moldear un modelo de persona, construirlo, imaginarlo, destruirlo y volverlo a construir; o mejor aún dejarlo que se destruya solo, y vaya surgiendo un nuevo ideal, una nueva meta, fresca, limpia, de las cenizas de la anterior.
En esos momentos es, cuando poco a poco voy exorcizando esa mariana que odio, la que me cae mal, y queda la copada a la vista.
Es todo tan vertiginoso, pero que aburrido seria pensar siempre lo mismo de uno, de los demas y del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario